Publicación de Ensayos Críticos

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viernes, 28 de abril de 2017

Maria. Por Angel Ruiz

Carné: 201703909
El relato empieza cuando el autor nos relata como a muy temprana edad fue a una escuela en Bogotá, para realizar sus estudios. Su familia lo despide muy amorosamente y al ver por última vez su casa, ve a su prima María. Después de seis años, el protagonista, Efraín regresa a su hogar, en el valle del Cauca, donde se encuentra con su prima huérfana, María, ya adolescente. En la cena, en el día en que llegó, de su viaje a Bogotá, ve a toda su familia, desde este momento Efraín empieza a admirar la belleza de María. Una vez instalado Efraín en su cuarto y al ver todas las flores en el Jardín y en el florero cubría la mesa, exclamó ¡Qué bellas llores!, fue cuando María recordaba cuánto le agradaban las llores.
Después de unos días los jóvenes empiezan a manifestar su amor y encanto. Efraín va conociendo las actividades de su casa en donde la madre de Efraín, le manifiesta que quería que les diese algunas clases de Gramática y Geografia, en donde darían principio a las lecciones pasados seis u ocho días.
Pasados tres días, van a la hacienda (Efraín y su padre), en donde Efraín ve que su padre había mejorado en sus negocios, ahí también, acudieron a una boda de unos esclavos, en la que pudieron observar la felicidad de la pareja. En la hacienda le comunican a Efraín, la noticia, que dentro de cuatro meses se iría a concluir sus estudios de medicina a Europa. A su regreso de la hacienda, el padre de Efraín nos narra cómo llegó María a su casa.
En su último viaje a las Antillas, Salomón, primo suyo, acababa de perder a Sara, su esposa. La esposa de Salomón, le había dejado una niña que tenía tres años. El padre de Efraín lo encontró desfigurado moral y físicamente por el dolor, e insistió a Salomón que le diera a su hija, a fin de que la educara al lado de sus hijos y se atrevió a decirle que la haría cristiana, pues era judía y que le cambiaría el nombre de Ester a el de María.
Al amanecer Efraín fue a la casa de un amigo montañés, llamado José y ahí conoce a la familia de José, en donde lo tratan como si fuera de la familia. José se quedó admirado de los conocimientos teóricos de Efraín, sobre las siembras. Volvieron a la casa de José, para que Efraín se despidiera de las muchachas, en donde ellas le manifiestan su agradecimiento de aquellos presentes regalándole un ramo de azucenas silvestres. Apenas llegó Efraín a su casa, se dirigió al costurero de su madre, en donde María se fijó en el ramo de azucenas que traía Efraín. Cuando entró a su cuarto, Efraín no vio los azahares y las violetas de María, fue cuando Efraín piensa que María no lo ama, entonces Efraín se despide de la ilusión querida, arrojando el ramo de azucenas por la ventana. En la cena, Efraín quedó sorprendido pues vio una de las azucenas en la cabeza de María, el padre de Efraín le declaró que las azucenas eran muy bellas al preguntarle que de donde las había conseguido, ella le respondió que Efraín las arrancó del huerto y que le parecía, siendo tan bonitas y extrañas, una lástima que se desperdiciaran. Posteriormente Efraín y María platican, y ahí es en donde se aclara el enojo de Efraín el cual le confiesa su amor a María y entonces promete todos los días cambiar las flores de su cuarto.

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